5G en Latinoamerica. ¿Porque Brasil tiene que liderar los despliegues de la nueva tecnología?

Abr 10, 2022

El despliegue de la nueva tecnología de comunicaciones móviles ya es una realidad difundida globalmente, que crece al ritmo de un millón de nuevas líneas por día y que espera cerrar el año 2021 con cerca de 700 millones de suscripciones, particularmente concentradas en China y complementariamente en los mercados de América del Norte, otros de Asia del Pacífico y Europa.

Así, en China ya se han alcanzado 500 millones de suscripciones 5G al cierre del primer semestre de este año, de la mano de más de 1,4 millones de base stations instaladas a lo largo del país por las tres grandes operadoras: China Mobile, China Unicom y China Telecom. En tanto que en Estados Unidos ya cuentan con el servicio de 5G cerca de 50 millones de suscriptores en 280 ciudades, prestado por operadoras como Verizon, T-Mobile y AT&T. Europa corre más atrás en los despliegues de 5G, esperando alcanzar 40 millones de suscripciones hacia fin de 2021 con las grandes operadoras liderando: Vodafone, Deustche Telekom, Telefónica y TIM, entre otras.

Detrás de los números mencionados subyace la guerra tecnológica entre Estados Unidos y sus aliados contra la China emergente de Ji Xinping. La mayoría de países europeos le han dado la espalda al campeón nacional chino de equipamiento de telecomunicaciones, Huawei, priorizando los productos de sus propios líderes en telefonía, como Ericsson y Nokia, más allá de saber que ambos de atrás a los chinos en tecnología y precios. En tal sentido, países como Reino Unido hicieron pesar las buenas relaciones con los hermanos norteamericanos (y han honrado los estrechos lazos en seguridad e inteligencia que mantienen) a costa de perder mucho dinero por expulsar a Huawei de las islas: se estima que la ruptura de contratos con la firma de Shenzhen representan un quebranto estimado de más de 33 mil de millones de dólares para la economía británica, que ya se perfilaba para liderar el cambio de tecnología y, por lo tanto, para obtener una importante ganancia de competitividad.

Que está ocurriendo en América Latina? El escenario latinoamericano se presenta comercialmente mucho menos atractivo para la implementación de 5G. A su vez, los países de la región tienen otros problemas que encarar bastante más acuciantes que el cambio tecnológico en telecomunicaciones. No obstante, aquellas naciones con mayor desarrollo industrial no deberían descuidar la transición hacia lo nuevo, ya que podría costarles muy caro en el mediano plazo. Es muy relevante que países como Brasil, México y Argentina adopten lo más rápidamente posible el 5G, a los fines de mantenerse como opción competitiva para las cadenas globales de producción: el Internet de Todo está a la vuelta de la esquina y requiere de 5G.

Porque las economías latinoamericanas deberían avanzar prontamente en 5G? El cambio tecnológico que implica la Quinta Generación de comunicaciones móviles es una excelente oportunidad para las industrias regionales de posicionarse mejor en el puzzle competitivo que implica actualmente la localización (reubicación, reconsideración) de las actividades productivas de generación de mayor valor agregado. Así, la atracción y permanencia de sectores de alta tecnología como el automotriz, aeroespacial, biotecnológico y de electrónica de consumo está actualmente en disputa entre las economías más desarrolladas -que en muchos casos quieren revertir las deslocalizaciones de principios del siglo XX- y aquellas de segundo orden con capacidades de absorción tecnológica, lugar donde desde la región se apuntan los brasileños, los mexicanos y los argentinos.

Porque es menos atractivo avanzar en 5G en América Latina desde la voluntad de las operadoras móviles? La realidad señala que en la región aún se puede avanzar mucho más en los servicios de 4G, que todavía no llegan a toda la población y pueden mejorar mucho su prestación. Las operadoras telefónicas son reticentes a realizar las enormes inversiones que requiere una red 5G hasta tanto no vean claro el negocio. Al tratarse de un mercado primordialmente minorista, donde los rendimientos están en sumar cápitas, por su cantidad de población Brasil se presenta como el de mayor atractivo para las telcos, seguido por México y mucho después el resto de países. Además, como dato adicional debe considerarse que estamos hablando de mercados de renta media, media-baja, lo cual suma al atraso en la implementación.

Más allá de este panorama general, en el caso brasileño existen nichos para la llegada del 5G particularmente para su uso en el agro y la industria, y en segundo término para consumo en mercados minoristas de alto poder adquisitivo (como por ejemplo en la ciudad de Sao Paulo o en Río de Janeiro).

Aún a la espera de la licitación de espectro para 5G en Brasil, las operadoras telefónicas están prestando un servicio virtualizado de 5G denominado 5G DSS. En tal sentido, la operadora Claro está utilizando los activos de espectro existentes y tecnología de Ericsson para llevarlo adelante en un modo limitado y en unas pocas áreas de Río de Janeiro y Sao Paulo. En tanto que TIM también ha avanzado en el mismo sentido en las ciudades de Bento Gonçalves, (Rio Grande do Sul), Itajubá (Minas Gerais) y Três Lagoas (Mato Grosso do Sul), utilizando equipamiento de Nokia, Ericsson y Huawei. Por su parte  Vivo utilizaría el 5G DSS provisto a través de Huawei. Un caso particular es el avance de Oi en la nueva tecnología conjuntamente con Nokia y Huawei, independientemente de su actual situación de venta de activos, avanzando en lo pertinente a su red de fibra, las más importante del país.

Más allá de las propias voluntades nacionales de desarrollo y de despliegue de nuevas tecnologías, los países de la región son parte del tablero internacional en disputa con respecto al 5G. En tal sentido, Brasil también es la ficha más valorada del Cono Sur y debe jugar sus relaciones entre Estados Unidos y China en una delgada línea de maniobra. Así, Brasilia mantiene a la vez una estrecha alianza de seguridad con Washington y fuertes lazos económicos con Beijing, representados en amplios números de comercio bilateral: el mercado chino representa como destino comercial más del doble que el mercado norteamericano, siendo más del 40% del total correspondiente a despachos de soja.

El gobierno brasileño se encuentra entonces en una encrucijada entre los dos contendientes de la guerra tecnológica. Considerando este escenario, el gobierno chino ha inducido al Planalto a no manifestarse en contra de la libre concurrencia de Huawei en las futuras licitaciones locales para proveer de equipamiento a las redes 5G. El Gabinete de Segurança Institucional da Presidencia da República (GSI/PR) ha actuado en ese sentido, publicando un protocolo de seguridad cibernética que deberán cumplimentar cualquiera de los posibles proveedores y concesionarios que compitan, sin mencionar prohibición ni restricción alguna a ninguna empresa en particular. Luego de la reciente visita del enviado de la Casa Blanca, el asesor en Seguridad Nacional Jake Sullivan, las presiones han arreciado, sobrevolando por Brasilia la posibilidad de limitar la participación de Huawei en redes gubernamentales, una forma elegante de mantener una equidistancia en la disputa.

No obstante esta suerte de soporte a Huawei, las estrechas relaciones que Brasilia tiene con Washington hacen pensar que seguirá dilatándose la decisión sobre quienes serán definitivamente los proveedores de equipamiento para 5G. El retraso que llevan las licitaciones de las bandas de frecuencia para la operación de la nueva tecnología juega a favor del desarrollo de la arquitectura alternativa OpenRAN, en la que trabaja Estados Unidos. El OpenRAN podría reemplazar a la tecnología RAN (arquitectura propietaria), que dominan las firmas chinas Huawei y ZTE. Cabe recordar que el OpenRAN sería la opción con estándares abiertos, que abriría la posibilidad de una concurrencia de proveedores diversificada. En este caso, la performance no se espera que sea tan buena como la que ofrecen la tecnología propietaria, al menos en el corto plazo.

Como sea, las decisiones a tomar tienen implicancias muy significativas, tanto para las relaciones internacionales como para la industria. La adopción más temprana posible de la nueva tecnología permitirá a los países de la región modernizarse y evitar el estancamiento de sus economías, tomando impulso en la senda del necesario desarrollo. Pero el cálculo debe ser lo más preciso posible, porque lo que se gane por un lado puede tener consecuencias negativas por el otro. Arduo trabajo para nuestros políticos.

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Artículo publicado en Exame el 22 de septiembre de 2021

Foto: Norbert Ittermann. Derechos de autor: Deutsche Telekom AG

 

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